martes, 11 de noviembre de 2008

Alas de ángel


Tiene mucho tiempo que he querido escribir esta pequeña y motivadora conferencia que siempre por una u otra excusa injustificada he retrasado su redacción, sin embargo me he hartado de esperar.
Me remito a los amantes del cine ya sea comercial o no, aunque sé que hay más posibilidades de que los primeros hayan visto una película llamada "X-Men 3: The last Stand" ("La batalla final" en español), permítanme un momento antes de que me llamen soso o superficial, es menester que hayan visto esta película o al menos los primeros minutos ya que ocuparé un tramo de esa película como introducción a mi discurso.
Bueno pues en esa película, si mal no recuerdo, al inicio pasan una leve remembranza que ilustra la génesis de un futuro X-men, me refiero obviamente a Ángel.
Recuerdo muy vívidamente que un niño pequeño, delgado y rubio corre desesperadamente por los pasillos de su lujosa casa para encerrarse herméticamente en el baño, dónde los camarógrafos nos muestran precipitadamente varios utensilios entre ellos una toalla y unas tijeras, tijeras que el niño comienza a usar, no sabemos aún en qué o cómo, pero al ver la sangre que se mezcla con el agua del lavabo nos imaginamos algo funesto. De repente un señor grande, un adulto que intuimos es el padre del niño, golpea fuertemente la puerta del baño exigiéndole a su hijo que le permita el acceso, el niño estalla en llanto y le niega a su padre ese derecho, pero el padre logra entrar y es cuando la verdad, la causa de todo este angustiante episodio, se nos es revelada. En el espejo se ven terriblemente mutiladas unas inicipientes alas que luchan por brotar triunfantemente sobre la espalda de aquel chico.
Esta escena de X-Men 3 tuvo gran significancia para mí. Y es que cuántas veces no cometemos crímenes contra nosotros mismos como este inicidente ficticio que proviene del universo Marvel?
El pequeño Ángel en su ingenuidad pueril y su inocencia temprana razona básicamente: aquello que es extraño y no lo puede entender lo considera malo, no deseable, es por eso que al advertir que unas alas tan sobrehumanas, tan miríficas y por lo tanto tan raras empiezan a crecer en su espalda el primer sentimiento que le visita es el de miedo, seguido por más amigos como lo son la inseguridad y la vergüenza.
Cuántas veces nosotros percibimos que también tenemos un aspecto ya sea físico, mental o de cualquier tipo que es tan raro que llegamos a pensar que sólo nosotros lo tenemos y como no es tan agradable o útil como nosotros quisiéramos que fuera, tratamos de ocultarlo o de cortarlo de nuestra vida creyéndolo más un defecto que una posible o futura virtud.
Cómo ejemplo ocuparé mi propia persona (sé que no es muy propio ni es mi estilo pero no veo otra forma de ejemplificar), yo soy una persona muy distraída, extremadamente descuidada; todos los días pierdo las llaves, a menudo me pierdo en mis propias elucubraciones y no escucho a la persona que me está hablando, me cuesta mucho trabajo concentrarme en una sola cosa por mucho tiempo (a menos que me agrade en sobremanera) y este distraimiento me ha costado mucho tiempo de mi vida en buscar cosas banales como llaves, ropa interior, lentes, gorras, celulares, etc; reclamos de personas que piensan que las estoy escuchando, errores costosos por no haber retenido información importante y demás tragedias ridículas familiares y personales.
Es por esto que muchas veces me he sentido alicaído; me he recriminado el no tener un modo de pensamiento más lineal, más normal. Pues hay veces que siento que no estoy haciendo las cosas bien y en vez de estar pensando en situaciones irreales; creando personajes para nuevas historias, cuestionando el porqué de las cosas, cavilando ideales insurrectos, diseñando poesías imposibles o recordando pasadas experiencias, debería ponerme a hacer mi tarea o pasarle a mi papá la herramienta que me está pidiendo a gritos.
Es entonces cuando deseo poder concentrarme en lo del momento y dejar de robinsonear por mis ilusiones pues si calmara a mi mente vagabunda me habría ya ahorrado muchos disgustos.
Acaso tú, querido lector nunca has pasado por una situación similar?
No ha habido ocasiones en las que ves una característica muy tuya como un obstáculo para vivir? Que sientes que ese algo te estorba para tener una vida más agradable. Ese cabello, esos ojos, esa nariz, esa actitud, ese rasgo de tu personalidad, esa experiencia pasada, ese lo que sea.
Sí, de seguro a veces quisiéramos tener unas tijeras universales que nos permitieran arrancar esa parte de nuestra vida.
No! Detente!
No lo hagas, no lo pienses siquiera. Si crees que el hecho de que "te corten las alas" es deprimente permíteme informarte que hay algo más deplorable y es el hecho de que tú mismo sea el que mutile sus propias alas.
Están ahí para algo, sé que a veces no te gustan, son raras, no conoces a nadie más que las tenga pero en esa peculiaridad radica precisamente su belleza. Puede que actualmente sólo te molesten y te estorben, pero (al igual que en la película) créeme que un día esas alas servirán para salvar tu propia vida o lo que es mejor, la de alguien que amas.
Ese "defecto" del cual reniegas puede convertirse de un momento a otro en tu máxima virtud. Sólo has de saber esperar, ese algo tan especial no está en ti por error, tiene un propósito y algún día lo descubrirás.
Así que no cortes tus alas, presume de ellas (pero no demasiado), agradece por ellas y en el momento indicado ábrelas y vuela con todo tu esplendor. Veras que valió la pena el haberlas cargado tanto tiempo.

1 comentario:

Abba Hefzi-ba Cisneros Galván dijo...

Hola como taz?' espero ke bien espero verte pronto nos vemos bye cuidate lindo escrito adios y me alegro por lo de tu lap ok nos vemoos