miércoles, 29 de octubre de 2008

Resultados hijo! Resultados!

Había una vez, en un pueblo dos hombres que se llamaban Joaquín González.
Uno era sacerdote y el otro, taxista. Quiso el destino que los dos murieran
el mismo día. Entonces llegan al cielo, donde los espera San Pedro.
- ¿Tu nombre? -pregunta San Pedro al primero.
- Joaquín González.
- ¿El sacerdote?
- No, no; el taxista.
San Pedro consulta su planilla y dice:
- Bueno, te has ganado el paraíso. Te corresponden estas túnicas con hilos de oro y esta vara de platino con incrustaciones de rubíes. Puedes pasar...
- Gracias, gracias...- dice el taxista.
Pasan dos o tres personas más, hasta que le toca el turno al otro.
- ¿Tu nombre?
- Joaquín González.
- ¿El sacerdote?
- Sí.
-Muy bien, hijo mío. Te has ganado el paraíso. Te corresponde esta bata de lino y esta vara de roble con incrustaciones de granito.
El sacerdote dice extrañado:
- Perdón, no es por desmerecer, pero... debe haber un error. ¡Yo soy Joaquín González, el sacerdote!
- Sí, hijo mío, te has ganado el Paraíso. Te corresponde la bata de lino...
- ¡No, no pude ser! Yo conozco al otro señor, era un taxista, vivía en mi pueblo, ¡era un desastre como taxista! Se subía a las veredas, chocaba todos los días, una vez se estrelló contra una casa, conducía muy mal, tiraba los postes de alumbrado, se llevaba todo por delante... Y yo me he pasado setenta y cinco años de mi vida predicando todos losdomingos en la parroquia. ¿Cómo puede ser que a él le den la túnica con hilos de oro y la vara de platino y a mi esto? ¡Debe haber un error!
- No, no es ningún error -dice San Pedro-. Lo que pasa es que aquí, en el cielo, nosotros nos hemos acostumbrado a hacer evaluaciones como las que hacen ustedes en la vida terrenal.
- ¿Cómo? No entiendo.
- Claro... Ahora nos manejamos por resultados... Mira, te voy a explicar tu caso y lo entenderás enseguida: Durante los últimos veinticinco años, cada vez que tú predicabas, la gente dormía; pero cada vez que él conducía, la gente rezaba.... ¡Resultados, hijo mío!
¡RESULTADOS!... ¿Entiendes ahora?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

jajaja por eso no fuí a la iglesia el domingo, digo si me voy a dormir mejor que sea cómoda aqui en mi cama.

Anónimo dijo...

de pérdido no seré mal ejemplo allá en la iglesia, no se si ya ten conté que tiré una ventana del segundo piso,abajo estaban orando y todos brincaron, debes recordarmelo si no lo he hecho.

Jediael dijo...

Sí!!!
Sí me contaste y es una de las mejores anécdotas de todas las que coleccionas. Yo sé que Dios te usó para "despertar" a su iglesia, jajaja. Grandes y misteriosos son los designios de Dios. Saludos!
Ah y un consejo, siéntate cerca del pasillo, lo más alejado posible de las ventanas recuerda "no tentéis al Señor tu Dios".