sábado, 6 de diciembre de 2008

Frase de la semana.


"Es muy romántico estar enamorado. Pero no hay nada de romántico en proponer matrimonio porque existe el riesgo de que acepten."
Oscar Wilde en La importancia de llamarse Ernesto.

No puedo estar en desacuerdo con el maestro Wilde. Cierto, el romanticismo se alimenta de esos detalles incómodos, estúpidos e ilógicos. De sentir nervios, de tener miedo, de no saber qué hacer, qué decir o qué callar; de decir cosas tontas, de protagonizar actos ridículos, de atentar contra nuestra propia integridad, de tantas cosas que tiempo después al reflexionar y mirar atrás decimos "Porqué hice eso?"
Todo esto debido a que existe una inseguridad de no saber cómo evolucionará la incipiente relación. Es por esto que una vez que se tiene la seguridad de ser correspondido, el romanticismo se ve amenazado de muerte. No te esfuerzas por conservar lo que ya tienes.
Por lo que esta frase, además de hacernos sonreír y reflexionar debe ser interpretada como un reto a mantener vivo el romanticismo sin importar la condición de la relación.
Después de todo el romanticismo no es una herramienta para conseguir ciertas cosas sino más bien es y debe ser una filosofía de vida.

No hay comentarios: