jueves, 16 de abril de 2009

Mirando al sol


El verano va empezando
de árbol en árbol va trepando.
El viento corre suave
sobre tus párpados.
Lentamente te va arrullando.
Me siento y descalzo, y con
los dedos de mis pies
acaricio la tierra y el pasto.
Ha sido y será un caluroso verano.

Pero yo
no creo ser el único
que mira fijamente al sol
con temor de que me descubra
mirándole sin ninguna protección.
De verdad no creo yo
ser el único
que no le importa quedar ciego.

El sol sonríe con claridad
y sus lacios rayos como cabellos,
su vestido de nubes y viento,
su voz de pajaritos
y su aroma floral.
Dios es bueno y por eso existe.
Mientras miro al sol
y mi vista se consume,
grandes olas de emoción
golpean en mi espalda
como lo hace el mar en la playa.
(Cuando miro al sol
quedo también sordo y mudo.)

Pero yo
no seré el único
que mira hacia el sol
con temor de que descubra
lo que llevo en mi interior.

El sol está solo en el cielo
nadie más puede opacarle.
Me pregunto si tendrá calor el sol,
un abanico de plata le daré
para que su noche refresque.

Pero yo
no soy el único
que mira hacia el sol
con temor de que descubras
lo que llevo en mi interior.
Mirando hacia el sol
yo soy el único
que disfruta quedar ciego.

1 comentario:

Jediael dijo...

A mí si me gustó y mucho