Sentimientos nocturnos de desconsuelo

Es de noche y escribo. Es de noche y como dijera Shakespeare "es tan tarde que pronto podremos decir que es temprano". Es de noche, escribo y llueve. . .
(Se acaba de ir la luz.
Ya regresó.
El módem se apagó.
Ya se reinició.)
Como escribía, es de noche, muy de noche y llovió, llovió mucho pero por un rato, muy poco. Mis dedos golpean desparpajadamente el teclado como un pianista enajenado sólo que mis manos sólo producen una nota, y es que. . . creo que mi música, la música que creo con mis dedos no se escucha sino que se lee, se lee y se imagina y sólo así se disfruta.
Escribo. Para qué? No sé La única certeza que me queda en este momento es que debo de escribir, los motivos no importan, el resultado sí.
Hace unas horas, despertando de un sueño relajante y profundo que de tan profundo y relajante me perturbó un poco me encontré contemplando fijamente el cielo, un cielo gris, nubloso, violento y agitado y también muy oscuro. Esperaba yo con ansías el nacimiento de una tormenta, no una gran tormenta sino una pequeña tormenta bebe que gateara, balbuseara truenos y babeara lluvia pero no, no fue así.
(La energía eléctrica ha vuelto a fallar. Ya regresó.)
Trato de inspirarme y no encuentro algo qué escribir.
Y es que, creo que, a veces como hace rato en nuestra vida puede parecer que todos los acontecimientos cercanos y circunvecinos se acomodan maliciosamente para causar destrozos y conflictos. Osease que, de repente miras tu vida y estás tan seguro que te atreves a pronosticar lluvia y mal tiempo. Las nubes de la adversidad nublan tu cielo, los fuertes vendavales del pesimismo sacuden violentamente los verdes árboles de tu esperanza y la temperatura de tu corazón baja considerable y drásticamente, tormenta segura no?
Pero no, a veces no es así, a veces créemos que podemos pronosticar el tiempo y las cosas, nos creemos tan conocedores de la vida pero no, la verdad es que aún no hemos aprendido a percibir los verdaderos tiempos que se deben vivir y sobre todo cómo se deben vivir.
No sé si me esté expresando correctamente, la hora es inapropiada, mi estilo ha de ser inadecuado y el motivo oculto ha de ser el menos indicado pero si yo no escribiera esto entonces quién?
Es de noche, dormí en la tarde hipotecando mi descanso nocturno, y el desconsuelo está y no está, como que no se decide del todo, está evaluandome como compañero. Tengo sueño y hambre, pero más hambre que sueño, o es hambre de sueño? no lo sé. . .
Debo apurarme pues actualmente me encuentro en morada extranjera, debo actuar sabia y cautelosamente pero con excelencia. La excelencia requiere de varias cosas sabes? Oportunidad, relevancia, innovación, y aprobación. A veces fallo en algo de eso, a veces. . .
Creo que por respeto al lector es imperativo que me retire del teclado inmediatamente y me retire alicaído (por lo menos por hoy, porfa') a mi aposento acolchado, desarreglado y nocturno.
Pues al parecer el clima pronosticado para toda esta semana se representa muy bien con un cúmulo umbrío del que se desprende un lastimero rayo circundado por gruesas gotas acuosas. Ese es el tiempo físico y real pronosticado, cosa distinta es el tiempo que hace dentro de mí, pues como he dicho ya creo inecesesariamente y me he querido dar a enteder: los sentimientos nocturnos de desconsuelo no son sino un estado pasajero, temporal y hasta a veces ilusorio.