domingo, 27 de junio de 2010

Si caes tú caeremos todos o ¡Salva a los demás cuidando no perderte!


Es increíble la sabiduría satánica, definitivamente es difícil hallar estratega más experimentado que el enemigo de la humanidad y divinidad por igual. El reconoce las economías de escala y sabe que le resulta más conveniente a sus fines derribar a uno y que éste derribe a varios cual fichas de dominó.
En este momento quiero dirigirme específicamente a aquella hermana o hermano que de momento se siente agobiado por problemas, pero no problemas que atenten contra su salud, economía o estructura familiar sino situaciones adversas que tengan como fin y objetivo último dañar y lastimar severamente tu relación con Dios y lo que coloquialmente conocemos como “testimonio”, puesto que la gran artimaña del enemigo es quererte hacer creer que las consecuencias de estos calamitosos sucesos son personales, nada más lejos de la realidad.
Ojo, el problema sí es personal, la relación con el Creador siempre es personal porque Él así lo desea sin embargo las consecuencias de esta relación y sus efectos nunca se reducen al ámbito personal, jamás funciona así debido a que Él así lo desea. Sí, así es, tu relación personal con Dios afectará indefectiblemente a todos los que te rodean, tiene ese potencial pues así es como el Creador determinó que sucediera en su perfecto y sabio plan maestro de redención a la humanidad. Tal vez no sea la persona más calificada para explicar este efecto pero he de intentarlo: resulta que nunca eres un nodo terminal de una cadena de bendiciones, es decir cuando Dios está contigo y te bendice la bendición no termina ahí puesto que eres un canal de bendición para aquellos con los que te rodeas, acaso no siempre estuvo así de claro? “somos sal, somos luz” ambas cosas son agentes que causan sí o sí un efecto en aquello que les rodea. Entonces estimad@, si permites que eso o aquello, él, ella, o ell@s logren afectar tu relación con Dios y empañen seriamente tu imagen no podrás reflejar la luz del astro redentor que es Jesucristo. Así de sencillo, debemos cuidar nuestra imagen no por vanidad o hipocresía y meras y vanas apariencias sino más bien debemos lograr que nuestra imagen esté calibrada con la del que nos salvó. Es por esto que jamás hemos de pensar que si descuidamos nuestra relación y testimonio, dado que es algo personal, sólo nosotros seremos condenados sino muy probablemente aquellos que amamos (amigos y familia) y esto no es tan descabellado como suena puesto que si recordamos que fuimos salvados con un propósito y una misión la cual es compartir aquella luz magnífica de amor y salvación al perderse nuestra salvación se pierde la potencial salvación de muchas almas, suena lógico o no?
Así que amigo o amiga que me dejas conversar contigo a través de un monitor te animo a que no desfallezcas y no te dejes vencer definitivamente, no importa cuántas miles de veces caigas tú levántate mil y un veces y verás muy pronto que todo tu esfuerzo en secreto y en lo personal será recompensado pública y colectivamente. Y recuerda si sientes que ya no puedes más que a nadie se le ha puesto tan a prueba como a ti, que te ha llovido más tupido que al promedio, entonces herman@ déjame felicitarte puesto que el enemigo sabe que su tiempo es corto y no lo malgasta en cualquiera, si te dedica tanto tiempo seguro es porque sabe que tú harás grandes cosas y salvarás muchos, te admiro y felicito. Ánimo, ya ganamos.

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