lunes, 26 de septiembre de 2011

Mañanitas del templo

Hace pocos días me llegó una invitación vía Facebook. Era un evento improvisado que una prima mía realizó para invitarnos a todos los primos a cantarle las mañanitas esa misma noche a un primo que se le ocurrió nacer un día como ese pero de hace varios años (no sé exactamente cuántos). En la descripción del evento decía: “Lleguen 15 minutos para ponernos de acuerdo, ya saben serán las clásicas mañanitas del templo  pero no le digan a Jezi (el entonces futuro cumpleañero) es sorpresa jijiji. . .
Ahora bien, qué son las clásicas “mañanitas del templo”?
Lamentablemente no recuerdo cómo empezó, o más bien, cuándo nos empezamos a percatar los primos de las “mañanitas del templo”. Obviamente fue en algún cumpleaños pasado y desde esa fecha que no recuerdo se han convertido en un ansiado y querido referente de tradición familiar que lo ha elevado hasta recibir el adjetivo de “clásico”. Pero aún no he dicho qué son las dichosas “mañanitas del templo” verdad?  Bien, la mayoría de la familia (o al menos eso parece) acude con regular (a veces no tanto) a una iglesia cristiana localizada en el ejido donde vivimos casi todos, aunque entre los lugareños se le llama “templo” para diferenciar el lugar de culto cristiano protestante de la iglesia católica apostólica romana ubicada a unas cuadras (distancia común cuando vives en un ejido). Así que bien podríamos decir que la mayoría de la familia (sobretodo las tías) van al templo. Ahora bien, esa pequeña iglesia, digo, templo, tiene muchos años, tal vez más de 40, y entre los hermanos (los que van al templo) es una tradición muy arraigada ese gesto de compañerismo y amistad que es cantarle las mañanitas en la noche al hermano/hermana que envejece, digo, cumple un año más de vida, los que van al templo tienen años haciendo eso y mi (nuestra) tía Rut es una buena cristiana que además disfruta como nadie cantar las mañanitas. Sin embargo, estas mañanitas no son las (por así decirlo) clásicas que todo mundo conoce, ya saben “Estas son las mañanitas que cantaba el rey David, hoy. . .no. Esas no son, esas son las “del mundo” (que alguien me explique). Ellos cantan una versión cuya letra es más o menos así:
“Mañanitas, mañanitas, te venimos a cantar
……………. Un dulce despertar,
Dios te guarde en su palabra
Has cumplido un año más y con Cristo vivirás
Te deseamos felicidades”
Y después cambiamos a un ritmo y una letra  más divertido y fácil
“Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz
Que los cumplas (inserte nombre del cumpleañero aquí)
Que los cumplas feliz”
Pero entonces porqué en la mente de mi prima se volvieron “clásicas”? Porque en algún cumpleaños en el que estaba mi tía Rut se empezaron a cantar, o más bien creo casi con seguridad que fue ella con su fuerte y vivaracha voz que inició a cantar y los demás que se las sabían la apoyaron. De hecho las empezamos a cantar tan seguido que los últimos cumpleaños de tías y primos recuerdo que fueron amenizados con las mañanitas del templo. Pero no sólo eso sino que mis primos, todos menores de 18 años, las escucharon por primera vez en su vida. No sabían que existía pero, la verdad es que tienen un mejor ritmo y son más divertidas de cantar, de hecho en “Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz. . .” Le agregamos un “feliz, feliz, feliz” mientras golpeamos una mesa o aplaudimos fuerte dos veces en cada “feliz” para que quede “Cumpleaños feliz, (“feliz, feliz) cumpleaños feliz. . .”
Y he aquí el meollo del asunto. Mis jóvenes, pubertos e infantiles primos puedo decir que en alguna vez asistieron al templo, excepto tal vez los católicos (mi primo cuyo cumpleaños incentivó este escrito y mi prima que hizo el evento en facebook), pero lamentablemente no puedo afirmar que ni uno siquiera profesa la fe cristiana con devoción (aún). Sin embargo eso no les importa en absoluto, no les importa ni siquiera a los católicos, al contrario les gusta cantar las mañanitas del templo, osea una creación no católica de los protestantes, pero reitero, a quién le importa eso! De igual forma mis demás primos que no han tenido un encuentro personal con Jesucristo no les importa cantar a viva voz “has cumplido un año más y con Cristo vivirás”. Y es aquí dónde yo me pregunto, porqué? Y el argumento que más me convence es “porque es diferente”. A estos chamaquitos inconversos les gusta cantar las mañanitas del templo porque es diferente a lo que otros hacen.
Y me hago otra pregunta, acaso no debería pasar lo mismo con el cristianismo? Acaso no el cristianismo, como una relación personal, real y directa con el creados y salvador del mundo no debería ser percibida como lo son las mañanitas del templo por mis primos fanáticos de gears of wars y guerra de chistes, es decir, como algo diferente y mejor que lo que hay en el mundo? No era eso lo que Jesús vino a hacer? No vino a ofrecerle al mundo una nueva alternativa de existencia? Una mejor en todos los sentidos y sumamente atractiva. Yo me atrevo a decir que lamentablemente no y si estoy en lo correcto elevo mi atrevimiento al declarar que si es así ha sido por culpa de los cristianos. Sí, ha sido tu culpa y mi culpa (si eres cristiano, si no no me hagas caso) no saber presentar el evangelio como lo que es, como una mejor forma de vivir esta vida y la que viene. Al contrario, hemos hecho ver el cristianismo como una serie de reglas tontas y aburridas que nadie sigue (según homero Simpson) o como una especie de rituales raros y sin sentido cuando la realidad del evangelio no tiene nada que ver. Cuando Jesús andaba entre nosotros era sumamente popular. Excepto por lo religiosos todo el mundo lo quería, lo seguí y lo escuchaba. Si Jesús viviera en nuestros tiempos sería TT en twitter diario y tendría más amigos en face que la coca y obama juntos, lo escuchaban los hombres, las mujeres, los niños, los jóvenes, todos. Porque hablaba diferente, hablaba de cosas diferentes como nadie antes lo había hecho y ofrecía algo mucho mejor de lo que había hasta antes de su llegada (paz, gozo, seguridad, bendiciones, sanidad, vida eterna, etc.) entonces porque no pasa así ahora? No lo sé pero si pudiéramos replicar el efecto de las “mañanitas del templo” en nuestra comunicación del mensaje de Jesucristo, muchas cosas cambiarían entre nuestros amigos, entre nuestra familia y nuestra sociedad, además,  jamás se me hubiera ocurrido escribir esto.

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