martes, 30 de octubre de 2007

Apología de Hechizada


Es sin duda alguna el arquetipo de esposa. La mujer virtuosa que describía Salomón en sus Proverbios. El ejemplo universal para todas las casadas. Así es, me refiero a la bellísima y siempre encantadora Samantha Stephens (nunca sabremos su verdadero apellido) personaje principal de la serie que en Latinoamérica conocemos como “Hechizada”. Dirán que soy una especie de maniático obsesivo o un nerd ultrafanático, pero esa es una declaración parcial.

Debido a mi corta edad no pude disfrutar de la serie cuando se transmitía simultáneamente en México y los Estados Unidos, por lo que ahora la disfruto de lunes a viernes en la sección Nick at Nite del canal Nickelodeon en punto de las 12:00 am.

¿Cómo supe de ella? Bueno, un día conversaba con la señorita que actualmente es mi novia y posee el mismo nombre y le pregunté porqué sus padres habían decidido llamarla así. Ella me contestó que porque así se llamaba “Mi bella genio”. Por lo que, al recordar que en algún momento había escuchado ese mismo nombre en un promocional de Nickelodeon me dispuse a mirar el canal con mayor detenimiento así que me di cuenta que en la sección Nick at Nite pasaban series cómicas del siglo pasado, entre ellas la susodicha. Así pues vi “Mi bella genio”. Quedé terriblemente desencantado. Y es que la geniecilla esa para empezar no se llamaba Samantha sino Jeannie (de ahí el nombre original “I dream of Jeannie”) y era una serie sosa y sin valor. Pero, mientras veía el absurdo programa, en un corte comercial pude ver el promocional de la contraparte desarrollada en su época por la otra televisora: “Hechizada”. Dónde la bruja protagonista lucía mil veces más bella que la anodina residente de la lámpara, y, ella si se llamaba Samantha. Así que al otro día en punto de las doce estaba ahí y quedé fascinantemente encantado.

Quedé encantado con la historia un publicista de antaño casado con una hermosísima hechicera. Los leves problemas que surgen cada capítulo tienen la dosis exacta de humor, complejidad y relevancia.

Me agradan mucho los personajes.

Dennis? Donald? Cómo se llama? Darrin! un publicista subordinado a su a veces obstinado jefe. Me agrada que al menos a través de la serie me puedo dar una idea de cómo se hacía la publicidad antes de las computadoras:a mano! se dibujaba con lápiz sobre papel. Qué cosa más curiosa! Además el ver como a veces las ideas llegan cuando y de dónde menos te lo esperas.

Y Endora, esa arpía de ridículo ropaje verde-púrpura. La personificación de la malvada suegra castrosa, metiche y enfadosa. Me desespera a menudo pero no hay duda que la serie no sería la misma sin ella.

Pero el encanto del programa se desprende de su bellísima protagonista, esa beldad que en vida y fuera de las cámaras se llamara Elizabeth Montgomery. Personalmente pienso que las rubias carecen de una belleza espectacular como la tradición lo indica. Sin embargo, esta preciosura rompe con cualquier canon. Su pelo dorado, esos ojos verdes, esa naricita respingona que al moverla activa toda su magia y esa sonrisa perfecta que combinada con sus ojitos entrecerrados llenan la pantalla de polvo de hadas. Simplemente mirífica.

Además creo la serie es un ejemplo para la televisión actual. No necesita sexo, violencia o chismes idiotas para crear una buena historia. Se trata simplemente de cómo una atípica familia enfrenta sus típicos problemas.

Y lo más importante, Samantha les da una lección de decencia y dignidad a todas las “esposas desesperadas” ama de casa abnegada, siempre fiel a su esposo, amante incondicional, linda, tierna cariñosa, poseedora de una elegancia y una clase que ni con magia se obtiene. Prefiero mil veces tener a mi lado una mujer como ella que una supermodelo que se acueste con mi imberbe jardinero. Una óptica machista? De ninguna manera, estoy seguro que varias integrantes del bello sexo me darían la razón ¿Anticuado? Definitivamente.

Lamentablemente hablo del pasado, pasado que se fue y que nadie garantiza que volverá. Y debido a que en Nickelodeon sólo pasan la primera temporada ahorraré para rentar las restantes en Blockbuster y deleitarme con un poco de tele de antaño.

“-Acaso tu madre realmente podría convertirme en una alcachofa?

-Sí ella quisiera, sí, lo haría.

-Y no podrías hacer nada al respecto.

-Bueno sí, si podría hacer algo

-Y qué? qué es lo que harías.?

-Convertirme en una alcachofa.”

Simplemente mágica.

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