miércoles, 3 de octubre de 2007

La era del engaño

¡Atención queridos consumidores! Este comunicado es de gran importancia y no pueden. . . no, ¡no deben ignorarlo!
En los últimos años una mente cruel, malvada y despiadada ha concebido una estratagema vil y abyecta: engañar a los crédulos e inocentes consumidores como nosotros. Este terrible plan se ha estado gestando y ejecutando frente a nuestros impávidos ojos. Veamos un ejemplo.
Digamos que despiertas por la mañana y deseas consumir un delicioso cereal con leche, un café con leche o cualquier otro desayuno que necesite del fluido lácteo para su preparación. Te das cuenta que en tu despensa no hay prismas de tetra pack que contengan el blanco líquido. Por lo que sales y te diriges a la tiendita de don Pancho que está a la vuelta de la esquina, pides un cartón de leche y como sólo llevas $9.00 devaluados pesos te privas de adquirir Alpura® o LaLa® y llevas a casa una simple NutriLeche.
Llegas, abres, sirves y mientras disfrutas de tu desayuno diriges tu vista hacia el empaque semivacío de leche y sobre la linda vaquita que te sonríe descubres el secreto...
Seguramente escupes a presión el blanco líquido, porque has develado la farsa: lo que compraste no es leche, no, en absoluto. ¿Creíste que lo era? grave error ¿tal vez por ser blanco el empaque? ¿porque dice Nutri LECHE?¿ o tal vez porque viene un simpática vaquita en el empaque? Donde justo encima de ella se puede leer en un fondo rojo: Fórmula láctea ultrapasteurizada con grasa vegetal.
¿Fórmula lactea ultrapasteurizada con grasa vegetal? ¿Qué significan realmente todas estas palabras juntas? no lo sé, me vienen a la mente un montón de cosas lácteas revueltas con agua, hervidas y que después le echan grasa para que se derrita.
Pobres ilusos de nosotros que pensamos que para que un líquido fuera leche sólo era necesario que tuviera la palabra leche en su nombre, fuera blanco y supiera y oliera a leche. Pobres.
Pero bueno, olvidemos este desagradable episodio y supongamos que ahora decides desayunar unas deliciosas sincronizadas, con jamón, queso Oaxaca y queso amarillo que compraste en Soriana. Pones las Tortillinas® en el comal, esperas a que se calienten y después les introduces el jamón y los dos deliciosos quesos para que se derritan. Espera un poco y listo. Te dispones a saborear de tu rico desayuno hecho en casa. Terminas y te dispones a lavar tu plato y a tirar las envolturas del queso, pero al instante sueltas un grito aterrador y dejas caer los nylons al suelo. Los miras desde arriba y puedes volver leer claramente: Imitación de queso Oaxaca, miras al otro envoltorio y dice: imitación de queso americano.
¿Imitación? esperen un momento, ¿que lo que te comiste no era queso? no lo era; así decía la envoltura: imitación de queso. ¿Imitación? ¿qué es eso?
Creo yo que ninguno de nosotros desea saber realmente.
Así es hermanos consumidores estos son sólo unos ejemplos, no dudo que anden por ahí muchos productos que aparentan ser lo que no son. Nada es lo que parece en este siglo. Háganme el favor. ¿Leche deslactosada? No soy un experto en alimentos, pero ¿que no la lactosa es lo que hace que algo pueda ser llamado lácteo? ¿Leche sin lactosa? Es cuando te preguntas:¿Qué rayos estoy tomando? ¿Es que acaso en el futuro podremos consumir agua deshidratada?
Eso no es todo, ¿Has tomado algún tipo de bebida que alega tener un sabor análogo al de una fruta (sabor naranja, limón, fresa, etc.) y al examinar minuciosamente la etiqueta adviertes que “Este producto no contiene jugo de fruta”(como el Gatorade® por ejemplo)? Si no tiene nada de fruta ¿cómo es que debe saber como tal?
Una más. Sí alguna vez compras mortadela (producto parecido al jamón), verifica de que está hecho, te lo digo porque una vez compré uno en que la envoltura enlistaba como primer ingrediente: carne de ave. ¿Ave? “porqué no decía carne de pavo” me pregunté, era lo más lógico, ¿no? qué fuera de pavo, ¿pero entonces porqué decía vagamente “ave”? Pensamientos macabros de tordos, pollos, gallinas, guajolotes, pichones y demás “aves” metidas a una gran licuadora asaltaron mi mente y desistí de tratar de descifrar lo que podía significar el hecho de que consumiera un producto hecho de “carne de ave”.

Así es. No trato de que todos seamos como los judíos y pongamos excesiva atención en lo que consumimos (aunque tal vez sería lo mejor) sino que estemos atentos y sepamos qué es realmente lo que introducimos a nuestro organismo. Después de todo, sí somos lo que comemos... ¿Qué tipo de personas seríamos si consumiéramos fórmulas lácteas ultrapasteurizadas con grasa vegetal, leche deslactosada, carne de ave, polvo para preparar bebidas sabor a chocolate, imitaciones de queso y demás?
No me contesten por favor.

* Agradezcamos a la Profeco que continuamente realiza estudios para informarnos y protegernos a nosotros incautos consumidores. Al fin un organismo público que hace su trabajo!

Más info:
www.profeco.gob.mx/revista/pdf/est_06/leche_oct06.pdf
www.profeco.gob.mx/revista/pdf/est_06/quesos_nov06.pdf

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nice brief and this fill someone in on helped me alot in my college assignement. Thank you on your information.

Jediael dijo...

Seriously? Thank you man!