jueves, 30 de abril de 2009

26

Te adoro al igual que a la bóveda nocturna,
oh vaso de tristeza, oh gran taciturna,
y tanto más te amo, bella, cuanto tú más me huyes,
y cuanto más me pareces, adorno de mis noches,
aumentar con mayor ironía las leguas
que separan mis brazos de las inmensidades azules.

Me lanzo al ataque, y escalo al asalto
como tras un cadaver un coro de gusanos,
y quiero, ¡oh bestia implacable y cruel!,
¡hasta esa frialdad por la que me resultas más bella!

Charles Baudelaire, Flores del mal
(Traducción de Enrique López Castellón)

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