sábado, 28 de septiembre de 2013

Compás forzado

Me es necesario escribir,
me es necesario contar
sobre
la grande, la bella, la guapa
que en multitud de sombras
alumbra mi pesar.

Me es necesario contemplar,
me es necesario admirar
su brillante, su elegante, su flamante
cabello salvaje que cubre
su nuca de beldad.

No puedo sino suspirar,
no quiero dejar de mirar
el valioso, el hermoso, el glorioso
café de sus ojos que en los míos
quisiera atesorar.

La tristeza manda a apagar
y al tedio lo hace callar
su melodiosa, su deliciosa, su fabulosa
voz mágica que transforma charlas
en música sin igual.

Sólo me basta recordar,
sólo basta invocar
la bonita, la exquisita, mi favorita
sonrisa divina para al ver la aurora
querer despertar.
 
Sin embargo,
hay una distancia imposible de franquear
una indolencia difícil de aguantar
que me obliga a iniciar
la hiriente, lacerante, asfixiante
despedida fatal.

Adiós.
Adios querida mía.
Adíos brillante, adiós grande,
adiós valiosa, adiós melodiosa.
Adiós cabello, adiós ojos,
adiós sonrisa, adiós voz.
Adiós ángel, adiós líder, adiós reina.
Adiós talentosa, majestuosa y luminosa
princesa estelar.
Adiós.

Me es necesario soltar,
me es necesario olvidar
a la grande, la bella, la guapa.
Me es imposible reír,
me es necesario llorar pues
a la grande, la bella, la guapa.
no podré dejar de amar.

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