IX
Cuando el sol con la furia de mil soles explote
no habrá un momento en el que tu nombre no invoque.
Cuando las estrellas en la oscuridad caigan
y los luceros con un parpadeo se duerman,
mi mano con la tuya seguirá aferrada,
y de tus ojos no se apartará mi mirada.
Cuando la amable Tierra por fin descanse
y el brillo de la noble Venus se acabase,
de tu piel no olvidaré la tersura
ni de tus labios la voz llena de hermosura.
Cuando el cosmos por el silencio sea engullido
y la humanidad sea muerta por el olvido
Probaremos que aunque todo se desvanece
nuestro amor después del tiempo prevalece
La entropía nunca podrá ser infinita
si a nuestro amor eterno jamás elimina
Y cuando tu gloriosa estrella se apague y muera
te amaré hasta que mi alma toda se encienda
y yo seré tu sol y tú serás mi tierra
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