lunes, 24 de julio de 2017

El espejo

No sé en qué momento ocurrió. Bueno, en realidad creo que me lo puedo imaginar pero… ¿En qué momento te ocurrió a ti?

Me duele, ¿sabes? Antes disfrutabas hacerlo. No tenías ningún problema en usarlo. Es más, te divertía ver lo largo que ya era tu cabello, lo rápido que estabas creciendo, ¡hasta practicabas tus mejores pasos de baile frente a él!

Luego todo cambió. Creíste lo que no debías. Te metiste donde no debías. Escuchaste a quien no debías y ocupaste los suyos; maltrechos, desviados, falsos, sucios, alterados, profanados, desconfiables.

Te miraste en uno en el que te veías limitada, incapaz de tomar las decisiones correctas y por eso dejaste que alguien más por ti decidiera. Fue muy triste el día que te viste fea, simple, sin encanto y creíste que nadie más te amaría. Detesto aquel que proyectó sobre ti un reflejo falso de cadenas en tus manos y grilletes en tu cuello, que te hizo creer que eras esclava y tan solo una mera propiedad. No conforme seguiste buscando más, y te hicieron ver como un medio, te pusieron cara de trofeo, apareciste incompleta. Les diste tu rostro y te devolvieron tu último error. Sonreíste y te mostraron cuando fallaste, cuando temiste, cuando te dejaste vencer, cuando no te valoraste…y creíste que esa eras tú. ¡Oh mi niña hermosa! Cómo fue que te dejaste engañar por reflejos falsos, proyecciones apócrifas que no eran la realidad, que no eran la verdad. ¿Cómo mi niña? ¿Por qué? Todos esos sucios artefactos que dicen que lo que hiciste o lo que no tienes eso eres pero una vez vi a alguien que se moría de miedo y se escondía pero al verse en el correcto se dio cuenta de que era esforzado y valiente y su vida y la de los suyos, cambió para siempre.

Tal vez un buen día puedas escuchar a quien sí debes. Conozcas gente diferente y encuentres unos mejores, unos más limpios y confiables, más bonitos. Ese día que voltees a verte en ellos podrás ver que además tú eres: la dulce voz que anima, refuerza y motiva;   la ternura de unas manos que sanan y consuelan, la luz que ilumina a quien miras con amor sincero, la fuerza del cambio a través del servicio y el sacrificio.

Todos esos son buenos, pero, ¿sabes? Existe uno mejor, uno brillantísimo, uno que tomó más de cuatrocientos años pulirlo y hacerlo relucir como el sol mismo, construido con los mejores materiales traídos de los países más exóticos y en el que trabajaron cuarenta artesanos. Si tan solo lo usaras más. Si en verdad prefirieras éste sobre todos y cada día que vieras la luz miraras también tu rostro reflejado en él te aseguro que no olvidarías quien eres.

Eres…

Eres la joven princesa capaz de guiar y cuidar al salvador del mundo. Eres la reina de la belleza que ocupa su encanto para salvar de la muerte a los suyos. Eres la valiente que se levanta bajo la palmera y a sus hijos de la opresión libera. Eres la pecadora capaz de reconocer su falta, agarrarse del perdón inmerecido y salir de esa vida de esclavitud. Eres el punto final y por ende la corona de la creación pues después de ti, ya todo estaba completo. Eres la chispa que regocija y da aliento con su música, su baile y su voz a toda una nación. Eres quien representa a la cordura y la compasión en medio de un mundo que se olvidó de ambas cosas. Eres la más sabia y la más astuta capaz de convertir lo perdido en hallado, lo sucio en limpio y lo poco en mucho. Eres la que puede trasladar montañas y dar a luz esperanza. Y eres la novia del apuesto rey del universo que no ve el momento de llevarte consigo a su reino celestial e infinito.

Oro para que nunca olvides quien eres. Eres mujer. Y eres el deseo del corazón de Dios.

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