miércoles, 9 de octubre de 2013

En la casa del pecado (borrador)

"Son muertos que bailan con muertos. Polvo que gira con el polvo"
Oscar Wilde La santa cortesana

Renuente, soberbio, altanero, presuntuoso de conocimiento y alejado del alivio verdadero; así te escribo oh Dios eterno.
Te escribo molesto. Porque como humano lo que no conozco, lo que no descubro, lo que no invento y lo que no entiendo lo detesto. Mi humana condición, llena de orgullo y demás deficiencias me llenan de ira y me exacerba. 
He leído que me amas.
¿Cómo puede ser eso de que me amas? ¿Cómo puede ser posible que ames a alguien como yo que no sólo de ti se aleja sino que la libertad de ser un pecador celebra? El que me ames me molesta. Yo no necesito que me ames. El que me ames me molesta.
No solo soy yo, somos todos. Somos todos en esta grande casa, flamantemente amueblada, cómoda y adaptada para que con el uso parezca más ancha.
En ella bailamos, cantamos, abrazamos, reiteramos, fornicamos, arrebatamos, comemos, nos amamos, nos odiamos, aprendemos, enseñamos, discutimos, explotamos, nos injuriamos, nos embriagamos y reímos sin reparar si quiera en que no te hemos invitado, o lo que es mejor, te hemos dicho de grosera manera que tu presencia aquí no es bien recibida. Somos libres, no somos presas. Somos grandes, somos fuertes y audaces. No somos timoratos, ni piadosos, no nos culpamos y de todo disfrutamos. No te queremos. Te mantienes bien afuera. Conocida es tu fama por toda la tierra, de que buscas siempre aguadar cualquier fiesta. Famosa es tu moral desubicada y tus reglas anticuadas. Aléjate y déjanos seguir con nuestra orgía pagana.
Pero...¿Acaso es que no escuchas, es que te atreves a desobedecer las órdenes de los hombres? De seguro no te atreves a tocar nuestra alfombra, tus dedos santos se asquearán del delicioso vino sangriento en ella derramada. Veo que un pie has puesto. Genial, bienvenido a nuestro encuentro, bienvenido a nuestra habitación. Pero sé que retrocederás cuando identifiques el olor de nuestros perfumes costosos, de las fragancias gravosas obtenidas gracias a la explotación de nuestros semejantes, que son menos semejantes que nosotros. Te dará asco el aroma de la opresión y querrás salir sin dilatación. Mmm...veo que te mantienes valiente. Que avanzas y te internas entre nosotros, seguro que tus oídos santos; acostumbrados a alabanzas, salmodias y clamores creyentes, sangrarán de repente, cuando por ellos entren las blasfemias y las calumnias, las palabras sucias que con ardiente odio acucian a la humanidad a destruirse a si misma; a quitarle la nada al que nada tiene, a segar vidas como paja, y a sembrar el odio en cada alma. Cubre ya tus oídos inmáculos y huye buscando tu cielo santo...Veo que no haces caso a mis advertencias. Sé que aunque me encuentro hasta el fondo, humedeciendo la pluma en el rojo tintero, me ves, me lees me escuchas y me sientes. ¿Por qué hieres tu ser siendo el heredero? ¿Por qué gastas tu divina persona viniendo hasta acá? ¿Por qué bajas y avanzas por esta casa que está llena de abominables manchas? ¿Por qué te llenas de asquerosa humanidad?
Pero es mejor; avanza, tu travesía no detengas y abre bien la mirada, ten la visión bien alerta, mientras más veas la abyecta realidad de tu "creación más alta" te espantarás, más el horror por tu cara subirá y pronto tu proyecto redentor abandonarás. Ven y avanza. Pasa por la sala de la codicias, donde gozamos de lo que no es nuestro y explotamos al que no se defiende. Sigue de paso hasta que llegues al comedor y enférmate con nuestros manjares de placeres infrahumanos, deja que lo que tu llamas aberraciones te llenen los ojos de lágrimas decepcionantes y sigue avanzando. Sube la escalera del orgullo, sube por cada escalón que a cada paso nos enseña que nadie es más importante que nosotros. Sube y tal vez llegues hasta el sótano donde está el altar a nosotros mismos. Y si llegas a ese altar seguro estoy como siempre lo he estado de mí mismo, que no lo podrás atravesar, para ello el requisito es dejarse inmolar y sé que no lo harás. 
Es curioso pues ahora siento que me invade una especie de malsana fe, una conciencia perfecta, una convicción evidente de que tú no vendrás, de que no pasarás, de que hasta aquí llegarás, simple y sencillamente porque tú aquí no estás. 
Tú no existes, creo firmemente que no existes, que no eres, y aunque mientras más creo más me duelen y me sangran las sienes, creo y declaro que no eres real, que eres una ficción más y que a mí jamás llegarás.
Tú no existes ni has existido jamás.

Siento, un imenso calor siento. Una benigna incomodidad que no puedo expresar. Me inunda una paz extraña, difícil de aguantar. Me pesa un cariño que hace mis rodillas doblar. No puedo. No lo soporto. No puedo más. No lo soporto. No lo puedo aguantar. Es tu amor. Parece. huele, se siente y se ve tan real. No lo puedo soportar. ¿Qué haré? Ya sé, blasfemaré, traicionaré, hurtaré, me negaré, pecaré más y más. Sí, abriré mi boca y proferiré improperios al azar, pervertiré mi cuerpo, albergaré pensamientos que te hagan...no, no puede ser, es que no se puede comprender, tu amor no deja de ser, corro, grito, lloro, empujo pero tu amor no deja de ser...me arrastro, me muerdo, lloro y empujo pero tu amor no deja de ser. Tu amor...ahora lo puedo ver. Es transparente, es como un espejo, en él me reflejo, ¡Qué débil y triste es mi situación! ¡Qué sucio y vil soy! ¡Cuán desnudo y maltrecho está mi corazón! Veo tu amor, es como el sol. Siento tu amor, es suave y da calor. Huelo tu amor, huele a bálsamo para el ardor. Oigo tu amor, se oye como ríos de agua viva y de cristal. Veo a través de tí, tú eres amor. Es por eso que tu amor no mengüaba nunca a pesar de mi insolencia, no puede mengüar porque es tu esencia misma. Tú no das amor. Tú eres amor. Tú eres fuerte y poderoso. Poderoso y fuerte es el amor. Eres amor. Veo a través de ti y veo lo que antes no veía. El velo se ha corrido y el lujo y belleza de la casa se han ido. Es tan vacía y fría. Es tan llena de tierra y saliva, es tan desafinada, es tan amargada. Es ruda y efímera. Es ruin y arcaica. Es gris y sombría. Es la gran prisión de la vida.
Cúbreme. Limpiame. Lávame. Cúrame. Dame vida. Sácame de aquí. Cárgame. Rescátame. 
Avanzo contigo y veo polvo, veo muerte. No es cadencia de bailes voluptuosos es error asqueroso. No son delicias suculentas, son maldiciones violentas. No es alegría plena, es condenación eterna. Es polvo. Son muertos, esclavos, y sufrientes. Son muertos que bailan con muertos. 
Llévame y enséñame. Cámbiame y renuévame y prepárame para que yo vuelva. Con tu misma vestimenta, tu misma templanza, tu misma firmeza y tu misma entereza. Capacítame y bendíceme que he de volver a esta tierra enferma. Y rescataré almas para tu causa, les mostraré tu amor, les hablaré de ti, les compartiré de tu perfume, les daré de tu pan y de tu agua. Les contaré cómo me has rescatado, verán todo lo que yo he cambiado, se sorprenderán al saber con cuanto amor me has amado. Y ya no vivirán más en la casa del pecado.

No hay comentarios: