"Felicidad es el sueño del amor y tristeza su despertar."
Madame Basta.
Acaso es posible separar del amor a la felicidad y a la tristeza?
No se puede, o viene la primera o viene la segunda. Y es que el amor, esa fuerza motora suprema, infinita, inexplicable y eterna, es, me atrevería a decir, la fuente de todas las emociones y los demás sentimientos existentes se supeditan a la existencia del mismo.
Es por esto que dos estados anímicos de naturaleza antagónica convergen en un punto en común. Ya sea porque el ser amado alegra e ilumina nuestra vida con su ineludible cariño que recibimos encantados o porque el ser amado de la misma manera, atormenta nuestra existencia con su indiferencia, indolencia, ausencia o desatención.
Pero no hay de otra, el amor siempre tendrá como consecuencia alegria. Es ineludible la tristeza es compañera íntima del amor.
Una gusta de salir al principio y a otra le gusta aparecer al final. Aunque ambas se pasean de vez en cuando a lo largo de todo el camino.
Por eso madame Basta en su sapiencia francesa atinó a formular tan soberbia declaración. Espero que como hasta ahora, sigamos todos soñando. . .
No se puede, o viene la primera o viene la segunda. Y es que el amor, esa fuerza motora suprema, infinita, inexplicable y eterna, es, me atrevería a decir, la fuente de todas las emociones y los demás sentimientos existentes se supeditan a la existencia del mismo.
Es por esto que dos estados anímicos de naturaleza antagónica convergen en un punto en común. Ya sea porque el ser amado alegra e ilumina nuestra vida con su ineludible cariño que recibimos encantados o porque el ser amado de la misma manera, atormenta nuestra existencia con su indiferencia, indolencia, ausencia o desatención.
Pero no hay de otra, el amor siempre tendrá como consecuencia alegria. Es ineludible la tristeza es compañera íntima del amor.
Una gusta de salir al principio y a otra le gusta aparecer al final. Aunque ambas se pasean de vez en cuando a lo largo de todo el camino.
Por eso madame Basta en su sapiencia francesa atinó a formular tan soberbia declaración. Espero que como hasta ahora, sigamos todos soñando. . .
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