Qué ocurre si te enamoras de una escritora?
Podrían ocurrir muchas cosas. Eso es lo que pasa con las
escritoras. Son impredecibles. Podrían llevarte el desayuno a la cama, o podrían
ignorarte por varios días. Podrían llevarte el desayuno a las tres de la
mañana. O podrían despertarte para tener sexo a las tres de la mañana. O hacer
el amor a las cuatro de la tarde. Podrían pasarse toda la noche sin dormir. O
podrían quedarse dormidas a pesar de la alarma y olvidarse de despertarte para
ir al trabajo. O podrían llamarte desde su trabajo para que vayas y mates una
araña. O dejar de hablarte cuando descubren que no has visto “Matar un ruiseñor”.
O gastarse todo su dinero en cinco tipos de jabones diferentes. O vender tus
libros de texto a la mitad del semestre
para juntar algo de dinero. O dejarte notas románticas en post-its dentro de tus bolsillos. O
lavar tus pantalones con los post-its dentro de tus bolsillos de manera
que tu lavadora quede cubierta de bolitas de papel mojado. Ellas podrían llorar
si se dan cuenta de que no leíste las notas en los post-its que te dejaron en los
bolsillos de tus pantalones. Es una vida llena de incertidumbre y totalmente
impredecible.
Pero qué pasa si una escritora se enamora de ti?
Es un poco más predecible. Encontrarás tu collar de cáñamo
con el dije del hongo de cristal sobre el cuello de alguien más en una parada
de autobús en un cuento. Tus zapatos favoritos desaparecerán misteriosamente, y
aparecerán en un poema. El reloj que siempre te pones, el reloj que tienes pero
nunca te pones, el hecho de que nunca hayas usado reloj: todo eso de repente pertenece a personajes que nunca has conocido. Y aun así ellos son tú. Ellos no son tú;
son alguien completamente diferente, pero se acomodan el cabello como tú. Usan las
mismas frases que tú. Se rascan la nariz cuando mienten, como tú. En ocasiones
serán narradores, a veces protagonistas, otras villanos. A veces serán personas sin importancia,
estáticas, nadie. Esto podría parecerte divertido al principio. O confundirte. Podrías
sentirte desconcertado veas los libros como si fueran espejos. Podrías tratar de verte a
ti mismo como tu amada escritora te ve cuando leas un poema sobre alguien que
tiene tu mismo segundo nombre o una
narración sobre alguien que nunca ha visto “Matar a un ruiseñor”. Estos poemas,
novelas y cuentos se dispersarán en el viento. Y te preguntarás si no andarás por
ahí vagando en las páginas de alguna historia que ni siquiera has leído. No hay forma de saberlo. Y no hay
forma de cambiarlo. Aun si te vas, una parte de ti siempre quedará ahí.
Si una escritora se enamora de ti, nunca morirás.
Traducido del original escrito por Mik Everett aquí:
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