Piropos de un lunático.

Increíble. Luce usted hoy divinamente increíble.
Deslumbrante!
Muy buenas noches tenga usted mi estimada y elegante señorita. Acaso pensaba usted que no la vendría a ver esta noche? Si yo sabía desde antes que hoy luciría usted guapísima. Todo el mundo lo sabía, aunque pocas veces nos tomamos el tiempo para detenernos en nuestros quehaceres y charlar un poco con usted.
Perdóne que se lo repita, pero en verdad luce hoy más que brillante, más que elegante.
No hay duda que esta noche opaca usted al sol. Con su pálido y argénteo resplandor. Su fulgor es tal que atenua la oscuridad de ésta mi oscura noche.
Las estrellas se colocan a prudente distancia, de manera respetuosa se inclinan y doblan sus faldas ante usted oh diosa nocturna! Los coyotes le cantan, los árboles la observan y las nubes se ausentan puesto que hoy es esta, y de nadie más, su más brillante noche.
Luna de plata, seguro que si la siguiera contemplando la cordura perdería pues quien por tanto tiempo la belleza contempla no puede mas que terminar afectado.
Oh mi rutilante y lejana amiga, si sólo su belleza me bastara y con su dulce abrazo argénteo me calmara no tendría que buscar entre las doncellas mortales una faz a la suya parecida.
Si sólo a usted le dedicara mis más dulces versos y mis más bonitas notas.
Pero no.
He de buscar a la musa de mi inspiración entre las mortales. He de cantarle y susurrarle a un rostro de carne. He de buscar en una frágil doncella su estelífera cabellera y su presencia placentera.
Porqué? Porqué he de seguir buscando?
Porqué no sólo le escribo a usted que casi todas las noches me acompaña?
Porqué no enamorarme de usted que no me castiga con su ausencia ni con trágico silencio me lacera?
Porqué he de confundir su risa con la de ella?
Porqué? Porqué?
Oh luna de plata, bella lumbrera brilla un poco más intensa que eres tú mi única compañera en esta mi noche de pena.
Oh luna de plata, oh mi vida entera , dulce princesa que mi corazón espera. . Oh luna de plata, oh tú mi vida entera. . .